América profunda

Los pueblos xokleng, en el sur de Brasil, creman a los muertos adultos pero no a los niños fallecidos. Los pequeños que mueren son enterrados para que vuelvan al vientre materno. Es por eso que al próximo niño que nace lo llaman con el mismo nombre del fallecido, para que la criatura muerta tenga una nueva oportunidad y pueda retornar al mundo.















.