Tan respetable

Y por qué, pacíficamente,
fumo mi cigarrillo barato
sentada sobre el mundo gordo y tedioso
en lugar de matar a mi prójimo
Y por qué no asalto un banco
y quemo toda la plata
en vez de roer las uñas
de la cobardía
Y por qué no lluevo sangre sobre el cosmos
para instaurar el caos nuevamente
y devolver a las cosas la pátina de lo nuevo
Por qué
Y dígamelo usted,
vuesa merced,
vuesa señoría
Usted que sabe tanto
Usted que tiene cátedras en las facultades de filosofía
y ha sido héroe en treinta revoluciones
Usted que educa a la juventud
Usted que sabe beber con moderación
Usted que ha matado a treinta millones en cada desayuno y sazona sus
quesos con la sangre
de sus chacales y de sus buitres usted que usa ropa de buen gusto usted
que marca a la hora debida su tarjeta usted
que tiene cuenta corriente usted
que me mira por encima del ombligo y me escupe sin darme nada a cambio
usted que comulga con todas las iglesias y posee bellas casas con jardín usted
que tiene hijos
que van al pediatra usted
que es tan respetable
Y qué me va a decir usted ahora que se acumula
la basura tóxica en nuestros riñones ahora que
nada posee una definición salvo la Nada ahora que
estamos a dos centésimas de pulgada del abismo ahora
que todo ya lo hemos profanado ahora que hemos pisado hasta la luna ahora
que
ya no creemos ni en el papel higiénico sí qué me va
a decir usted ahora, usted
que es tan respetable
Justo ahora que empezamos a querer vivir
Ahora que comienzan a llover las horas como agua y amanece la noche
Ahora que usted no sirve para nada ahora que nada sirve para nada porque
ahora
las costuras de las cosas se desgarran porque ahora todo estalla
o está a punto de estallar dígame sí dígame qué me puede decir usted ahora,
usted que es tan respetable


Montserrat Álvarez